¿Es la primera vez que oyes hablar sobre las hipotecas sin bancos? Este tipo de hipotecas son las que se llevan a cabo entre dos particulares. Habitualmente, uno es vendedor de una vivienda y el otro es el nuevo comprador.

Las hipotecas entre particulares o sin banco consiste en que el vendedor financia la venta del inmueble a su comprador como si se tratara de un banco. Entre ellos acuerdan el pago de una entrada del 10 – 20% y unas cuotas mensuales, además de un tipo de interés a devolver. Así, el nuevo comprador vive desde el primer mes en su nueva casa y va pagando la correspondiente cuota mensual a su vendedor, quien mantiene la propiedad de la casa hasta completar la totalidad de los pagos.

Ésta es una forma de financiación que se da en periodos económicamente complejos, cuando los bancos ponen altas condiciones para conceder hipotecas o préstamos. Las hipotecas sin banco, también llamadas entre particulares o land contract, se popularizaron en los años ochenta en Estados Unidos, cuando los tipos de interés eran tan elevados que era muy complicado obtener financiación a través de ellos.

Actualmente, a pesar de las ventajas económicas que ofrece esta opción y de la situación económica que vive España, éste es un tipo de trato poco habitual porque, a pesar de ofrecer una buena oportunidad de financiación para ambas partes, conlleva también algunos riesgos importantes.

Entre ellos está que por ejemplo el vendedor tenga la vivienda hipotecada y, si no cumple con sus obligaciones con el banco, el comprador puede encontrarse con su vivienda embargada a pesar de haber pagado sus cuotas todos los meses. Por otro lado, el vendedor tiene que tener en cuenta que está ofreciendo financiación a una persona a la que el banco no concedería ninguna hipoteca.

Desde El Hipotecador recomendamos que si optáis por una hipoteca sin banco presentéis la Escritura de la vivienda ante notario, la tasación de la misma y la inscripción en el Registro de la Propiedad. Además, deberíais poneros en manos de un abogado para que pueda redactar el pertinente contrato legal, con todas las condiciones pactadas y asegurar la buena resolución del trato.

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